Nos hicieron creer que el «gran amor», sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no está condicionado, ni llega en un momento preciso. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecemos a través de los otros; si estamos en buena compañía, es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada «dos en uno», dos personas pensando igual, actuando igual, que eso era lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de esos términos deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que todas las fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes y que siempre podemos intentar otras alternativas. Tampoco nos dijeron que alguien nos iba a hablar de estas cosas. Porque cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y ahí, cuando estés muy «enamorado de ti mismo» vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.
Por John Lennon. 9 de octubre de 1940 – 8 de diciembre de 1980.
Precioso post. Tan real lo que dices…
Un beso, Zoe.