Óleo sobre lienzo por José Armendáriz
En mi casa no se almidonaba. Mi abuela juraba, en ese gallego inentendible, que el almidón hacía daño a la piel. Aunque no era por eso. Ésa era una excusa; un pretexto para no reconocer que la almidonadera no le gustaba. A mi abuelo tampoco. Así, en mi casa de la infancia, el almidón alcanzó la categoría de estigma.
Sin embargo se planchaba. ¡Y cómo! Mi madre es una frenética de la plancha. Le gusta; siempre le ha gustado. Los domingos por la tarde, un olor caliente ocupaba la sala de mi casa, mientras mi madre hacía lo suyo esperando la transmisión por CMBF del concierto de las 5, en el Amadeo Roldán. A ese concierto asistíamos, con mi padre, cada domingo. ¡Cuántas cosas odiosas para un mismo día! La hora de planchar y la de ir al Amadeo. Será por eso que el domingo no es mi fuerte.
Un día llegó el polyester. Recuerdo cómo mi madre decía que esas ropas eran «wash and wear». Era muy graciosa la manera en que se hacía la fina, pronunciando las palabras en inglés. Las horas de plancha, los domingos, disminuyeron notablemente. También, el Amadeo dejó de ser sala de conciertos para convertirse en un montón de ruinas, luego de ese fatídico incendio.
Yo no plancho. La plancha es un objeto que ni siquiera tengo en mi casa.
Y cuando los domingos se ponen bien densos, con esa densidad que sólo los domingos saben hacer, siento al aroma caliente y también dulce de las tardes de plancha, sin almidón, de mi casa de la infancia. Oigo a Mozart sonando en la radio de mi madre, a esa hora de los conciertos del domingo en el Amadeo.
Uy yo también odio planchar, creo que es lo que más detesto de las labores hogareñas, es lo malo de cuando llega el verano y sus prendas de algodón que tanto me gustan, rara Mayda jeje.
Tú sabes cómo es. Besos, Niurki.
Lo del planchado es lo mas aberrante inventado….en aras de una…estética? Qué función o beneficio que un pedazo de tela aparezca estirado? jamás lo he entendido … por Dios (otro invento) !!!
A mi planchar no es que me guste, pero me despeja!!! Cuando plancho me olvido un poco del mundo y tambien me da dolor de columna, ya estoy viejo!… pero me trajiste el recuerdo horrendo de los domingos de mi adolescencia, en los que me levantaba tarde, al rato almorzaba en familia (cosa muy tediosa) y ya me tenia que preparar para irme a la beca, que feo!!!!!!!, odie los domingos por eso, porque me cortó siempre la felicidad!!! Jaja, dramatico, pero cierto, creo que por eso trate siempre de hacer al sabado mas largo…. Besosss Zoesilla!!!
De inventos estamos llenos, Albertico, entonces hay que sacárselos de encima. Uno mismo, eh?
Tito!!! No sabía esa, mi amol!!! Y los domingos, son un dolor, definitivamente.
Besos a los dos.