Es tan temprano que casi no hay luz afuera.
Estoy parado junto a la ventana.
Tengo una taza de café en la mano,
y en la cabeza lo que a aquellas horas
se suele confundir con pensamientos.
Entonces veo al chico con su amigo
que vienen por la calle
para entregar el diario.
Tienen puestas gorritas y pulóveres,
y uno transporta una mochila al hombro.
Tan felices están
que ni abren la boca, estos dos chicos.
Creo que, si pudieran,
se tomarían del brazo.
Es muy temprano de mañana, y ellos
están haciendo este trabajo juntos.
Se acercan lentamente.
El cielo ya comienza a iluminarse,
aunque la luna cuelga pálida sobre el agua.
Tanta belleza que, por un minuto,
la ambición o la muerte, o incluso hasta el amor,
nada tienen que ver con todo esto.
Felicidad. Viene sin que la llamen,
y trasciende cualquier disquisición
matutina al respecto.
Por Raymond Carver.
Traducción de Zaidenwerg.
Talvez es mi turno de pararme junto ala puerta y ver pasar la felicidad…
besos, sigue.
Es cierto, la felicidad llega cuando menos la espera y a veces nos encuentra tan distraídos que casi ni nos damos cuenta.
En todo caso, no se me ocurre mejor razón para echar el cierre. Aunque espero que el título no se refiera a tu blog en cuanto al cierre, sí deseo que se refiera a ti en cuanto a la felicidad.
Besos
pero….es verdad que sigue cerrado!!!!!!!!! 😦