Desde el Rusty Pelican el downtown de Miami parece una postal. Mis ojos están perezosos para ponerse detrás de la cámara, pero eso no impide que el registro siga siendo igual de exhaustivo. Y la noche de Miami comenzó con esa imagen y la compañía de un amigo.
Luego de la cena el paseo por Biscayne Blvd, Calle 8, un cafecito en Versailles, Miami Beach y la caminata por Lincoln Road con obligadas paradas para calmar la sed de este invierno con una confortable temperatura de 70 F.
Anoche fui feliz. Doy gracias muy especiales a las dos personas que lo propiciaron.
Que bien se te nota.
🙂
Besos.
No hay nada como seguir la ruta recomendada por un amigo…:-)
También es inapreciable la satisfacción de alguiren que uno quiere le guste a alguien que uno tambien quiere….me rio de las «redes sociales» y cada vez estoy convencido de esa «química» extraña
besotes
Si que se percibe que estas feliz.
Que dure.
Besos envidiosos.
Enjoy then!
pues sí… desde aquí se te ve bien….
Me alegro mucho princesa. Igual ese es el secreto: que uno sea feliz a ratitos. Y cuantos más ratitos mejor….
Un beso
Zoe, qué pena no habernos encontrado allí.
Por dónde andarás?
Besos!