Una librería. De esas donde se consigue un butacón o una mesa para sentarse a leer o a trabajar. Elijes un libro y lees ahí mismo, tomando un café, con la mirada a veces en la calle, detrás del cristal cuando aún el aire acondicionado no te obligó a ponerte el sueter. Miro este lugar, lo miro con mis propios ojos, mientras su mano roza la mía en una caricia tímida y con cierto pudor.
Llego en la bici que queda atada casi en la puerta, luego de un viaje de muy pocas cuadras. Sostiene la puerta para que yo entre y nos sentamos uno al lado del otro: su libro, su mano, sus ojos de leer averiados.
El verano, afuera, llueve en pequeñas gotas, sólo en llovizna.
2 comentarios en “Virginia and Grand Ave.”
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Me encanta como escribes, siempre poética. Además, trasmites emociones vivas, frescas.
Besos, querida Zoepé!
Gracias, querida Esther.
Un beso.