Se fue hace apenas ocho días. Quiero creer que no intentó cantar ni tocar ningún instrumento, pero amaba el jazz y se reinventó una manera de ser él mismo un músico, aunque cámara en mano.
Sus fotos, donde en interminable slideshow desfilan los más importantes y carismáticos artistas, son el documento más importante de la época dorada del jazz. El blanco y negro, el humo, la vida bohemia de bares, estudios de grabación y conciertos fueron sus aliados a la hora de dejar constancia de los sonidos que salían de las manos y las voces de estos hombres y mujeres que hicieron parte de la historia desgarrada de New Orleans y New York.
Vivió a pleno, el bueno de Herman, por eso es menos dolorosa su pérdida. Acá, con los simples mortales que le sobrevivimos, quedan estas fotos y el ruido estruendoso de una carcajada.
Herman Leonard. 1923-2010.
Parece que aprovechó bien el tiempo.
Eso no es poco.
Besos.
Efectivamente, Zoe, una pérdida irreparable. Nos quedan sus fotos. Esta semana iré poniendo como homenaje más fotos suyas (espero encontrar alguna fuera del jazz).
Besos.
Es, era, un gran maestro. Para mi sigue vivo a través de sus fotos impresionantes que relatan muy bien la esencia del jazz. Ese blanco y negro tan acertado, ese humo a contraluz, esos cigarrillos llenos de espíritu bohemio, esas composiciones perfectas…
Sus fotos siguen tan vivas como el primer día. Conocemos a los grandes músicos de jazz a través de sus OJOS. Es maravilloso.
Un besazo grande.