El calor apura, aún cuando sabemos que mientras más rápido caminamos más calor sentimos. Pero también apura la hora de almuerzo que se hizo larga. No obstante, como siempre, voy mirando todo y a todos. La peatonal llena; gente con bolsas, hablando por teléfono, saludando a otros, gente tirada en la vereda; mujeres, hombres, la gente que trabaja en este lado de la capital.
Voy medio aislada por la música que suena en el iPod, como siempre. Siento aún «el frescor» de la cerveza y el picante agradable y poco invasivo de las empanadas tucumanas.
Son las 15:44.
¿Son tuyas las fotos que pones en el blog? Me gustan.
Aquí, ya sabes, frío y más frío, no está de más echar una carrerita para llegar a los sitios, para entrar en calor.
Besos.
Picante invasor necesitamos por aqui para atajar esta frialdad que padecemos.
Buen fin de semana.
Besos.
Zoe, no me acostumbro a pensar que existan diciembres veraniegos y más difícil aún, ambientes navideños en camisetas de tirantes.
Así que se me hace raro leeros y ambientarme con esas circunstancias.
Maravilloso verano (o primavera subida de tono), deberían de ser eternos.
Me apunto también al picante invasivo y a la cerveza como manguera apagafuegos.
Mmm
Un beso
Me alegra volver aquí.
De corazón.
Besos.
Cada lugar tiene su encanto especial, pero no sólo basta descubrirlo, hay que vivirlo, disfrutarlo, publicarlo a los cuatro vientos, bien por ti que haces todo eso…
Yo todavía no soy capaz de imaginarme un Papa Noel sudoroso…. ¿no me digas que no es curioso este mundo?
Muchos besos