No se puede matar a una muchacha
y acomodarse luego en los abismos de la vida ordenada
para vivir impune frente al vértigo de su último aroma,
de una cita larga, obstinadamente imaginada.
Aunque su muerte diera la alegría a los seres perfectos
y al pie de su recuerdo, el homicida
los más turbios secretos recabara:
no se puede matar a una muchacha
que florece en los sitios despoblados de una última tregua
y en deuda con su luz
fomenta el caos
abierto el corazón. Como aguardando.Marilyn Bobes. La Habana, 1955.
Que bueno es.
No tengo ni idea de quien es Marilyn Bobes, voy a mirar.
Besos.
Es tan sentido que realmente da a la reflexion, no se puede matar muchas cosas que encierra una persona en un ideal.
saludos, lindo blog!
Marilyn Bobes…ya la habia olvidado…recuerdo a su hermana…insoportable chica de la escuela de Biología…Marilyn no…me gustaba el aire de ida que tenía…
besotes de despedida…
impresionante.
(No, además no se puede matar una muchacha sin pagarla carísima. Aunque los perfectos se alegraran.)
Siempre una agradable sorpresa…
Bellísimo , intenso como la foto .
Baci.
Eso Pal, todo se paga, siempre.
Hay una justicia ahí, que no la llamo divina porque no creo en las divinidades.
Estoy segura de que cada cosa que hacemos buena o mala, de alguna manera vuelve.
Qué bueno que anduviste por acá. Un beso.