Algo te dije cuando íbamos camino al colegio. En realidad te expliqué por qué me puse tan loca cuando tiraste el desayuno y la chocolatada se desparramó por el living. Te conté que hay horarios que cumplir, que no me gusta llegar tarde, que seguramente en el jardín nos quedaríamos afuera mientras tus compañeros cantaban el himno a la bandera (que todavía no me aprendí para cantarlo contigo), que nos tenemos una a la otra y estaría bueno que nos ayudemos para hacer las cosas siempre a tiempo, siempre bien.
Pero lo que no te dije es que casi me atraganto al escuchar tu vocecita diciendo, «Ma, vos me querés?».
le gusta escucharlo, y está muy bien. Porque lo que es saber, lo re sabe. ¿Cómo no saberlo con el pedazo de madre que tiene?
Oh, es de noche, cuando me acuesto y antes paso a verlo dormir hecho un ovillito, que me acosan las culpas por cada reto que le proferí en el día.
Nos sacan de quicio pero se los ama tanto…