Hay quien afirma que la comida entra por los ojos o que la primera impresión que recibes es la que te marca para siempre.
Y aunque no estoy tan segura de que esa idea puede aplicarse a todo con lo que nos encontramos por primera vez, el párrafo que da inicio a la novela Amor perdurable de Ian McEwan es algo así como una primera impresión perfecta.

En esas pocas líneas se origina la curiosidad, la perturbación que te obligará a seguir leyendo. Es solo cuando terminaste de leer ese párrafo que te das cuenta que no dejarás de hacerlo hasta que la novela termine.
Te digo más: hazlo antes de ver la película. Porque no hay relato visual que logre transmitir la inquietud que este párrafo provoca; el preámbulo de un viaje que vas a emprender a partir de ahí, un viaje movilizante, una historia bien escrita.
No he visto la película ni tampoco he leído el libro. Los voy a buscar, gracias por la recomendación!