Viendo un cuadro de Picasso
Como si en ello les fuera la esperanza
las dos mujeres corren
tomadas de la mano
sobre la arena gris.
Suelta la cabellera
al sol los senos pálidos
estalla su alegría contra el cielo de nubes.
Una mirando al infinito azul
y la otra al horizonte
que acaso son lo mismo.
¿Qué harán después
cuando caiga la tarde
y el tiempo eche sobre sus cuerpos
la penumbra robusta de la noche?
Por Odette Alonso.
Para AF.