Presente

Cinta

«Yesterday is history, tomorrow is a mystery. Today? Today is a gift. That’s why we call it the present.»
Oogway dixit. Kung Fu Panda, 2008.

Mi prima, mi hermano y yo vivíamos en la misma casa, cuando éramos chicos. La casa de mis abuelos era para nosotros el refugio y el centro de todo.
En vida de ellos el día empezaba antes de las seis de la mañana, con los preparativos para ir a misa en la iglesia de Los Pasionistas. Al regreso mi abuela hacía el desayuno. No es casual que hoy acostumbro a desayunar lo mismo que ella consideraba que debían comer los adultos a la mañana: dos tostadas y una taza grande de café fuerte.
Después cada quien ocupaba el tiempo en sus propias cosas y a la tardecita los niños nos juntábamos a merendar en el comedor de la cocina. Y mi abuela desplegaba su fantasía. Los lunes tenía regalos para los que se habían portado bien, los martes para las nenas, los miércoles para los varones, los jueves para mi abuelo, que como estaba muy viejo era un niño más y los viernes tocaba el regalo de fin de semana. De mi abuela heredé el placer de regalar y creo que el buen criterio para dar a los demás lo que me gusta.
Los cinco mejores regalos que hice fueron, un paliacate rojo, una foto, una cadena de oro, el libro de la poesía completa de Eliseo Diego y el último fue un disco de Jeff Buckley.
También puedo hacer una lista de los cinco mejores que he recibido, pero la memoria puede fallar o ser injusta; la curva del olvido crece con el tiempo y la selectividad favorece a los eventos más recientes. Desde hace unos años los que recibo con más placer son momentos, ratos de pasarlo bien, con buena compañía, en paz. A veces comiendo algo rico, tomando un buen vino, otras el disfrute del espacio propio, con un libro, cuando escucho música o veo una película.
Un regalo que recuerdo en especial, es el de los discos de Tom Waits (¡todos!) que un amigo me acercó de una manera muy original.
¿Cuál es el éxito de un regalo? Pienso que es la sorpresa. Aunque en estos tiempos que corren la capacidad de sorpresa es inversamente proporcional al cinismo del que nos vamos llenando, sólo para sobrevivir y no andar tan expuestos por ahí.
Si quiero ser sincera debo decir que me encantaría recibir un regalo. Mejor, me gustaría tener una sorpresa. Que mis ojos no puedan creer lo que ven, que mi boca permanezca abierta en una sonrisa que no se borre fácilmente, que el corazón se vaya solo a dar una vuelta a la manzana.
Anoche sentí que había como una predisposición a la sorpresa, algo pasaba, se podía tocar en el aire. Al final de la noche no pasó nada. Luego me dí cuenta que era sólo el deseo de ella y que no habrá regalo mientras siga esperándolo.

9 comentarios en “Presente

  1. Tu dices lo que mi mamá decía. Lo qu sea pero sorpresa.
    Yo no.
    Los regalos más lindos que he recibido son los «bellos». Si, es una sensación mezclada de saber que pensaron en mi personalmente y que lo que eligieron «embellece» mi vida.
    Un pañuelo de cuadros rosa y balnco regalo de mis tíos, los pobres de la familia, que me acompaña desde hace 25 años. Por ejemplo.
    Fijate en la belleza, es agradable, la sorpresa (el cambio inesperado que queremos) no es el regalo mismo.
    Si, estoy pero que nunca (Stopt it! me lo repito otro rato …)

  2. Caray Zoe Pé, qué bien escribes, es un gran placer pasarme por aquí. Leer tus memorias me inspira y me conmueve. Me gusta este post muchísimo, tan lleno de sabiduria desde la primera línea, tienes una manera de escribir tus recuerdos que conectas inmediatamente con el lector.

    Me han entrado ganas de hacer un regalo, sí un regalo sorpresa, a alguien cercano a mi.

    Un besote.

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