Tina Modotti era un anacronismo en el México de los años veinte del siglo pasado. Mientras posaba desnuda frente a la cámara de Edward Weston, su reputación se complicaba en la capital mexicana que la rechazó por eso y por alzar la voz en un tiempo en el que las mujeres debían tomar derroteros de menor exposición pública. Lo que supe de ella llevaba por diversos caminos a la fotografía. «Soy sólo una fotógrafa», decía y pienso que es su mejor definición. Sus fotos tan cuidadas en composición y tema, son de un modernismo aún vigente. Podía estar horas esperando el momento de la luz perfecta, podía calcular el encuadre cientos de veces hasta lograr esa foto que dijera lo que su ojo miraba.
Son más de las cuatro de la mañana, repaso las fotos de Tina y estos versos:
Tal vez tu corazón oye crecer la rosa
De ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.
Pablo Neruda. Parral, 1904 – Santiago de Chile, 1973.




